El Jardín Nazarí de Vélez de Benaudalla se declara como ejemplo más claro de la arquitectura nazarita, sobre todo a partir de las campañas de excavaciones y estudios arqueológicos que se han llevado a cabo en el mismo.
Además, en el Jardín Nazarí, encontramos un amplio muestrario de los elementos definidores del paisaje del pueblo y de la comarca. Aún así, sigue siendo un prototipo del jardín musulmán de gran tradición en Granada, puesto que asume las características definitorias de éste, en una búsqueda del carácter introvertido del jardín compaginado con un interés por las vistas exteriores, en este caso al valle del río Guadalfeo.
Este repertorio se completa con la variedad de especies vegetales precolombinas y la preocupación por crear ámbitos pensados para el disfrute de los sentidos, en lo que participan todos los elementos del jardín: las plantas por su aroma y contrastes cromáticos; el agua, con todos los significados estético-simbólicos que le adjudicó la cultura islámica; y las piezas arquitectónicas como glorietas y fuentes.
Otro de los elementos destacables del jardín es que se ha perseguido en todo momento guardar las características definitorias del mismo de la época en que los musulmanes ocupaban estas tierras, tales como glorietas, fuentes, acequias, especies vegetales, etc.

Lo que podemos encontrar en el Jardín Nazarí de Vélez de Benaudalla es una puesta en valor de la vegetación autóctona junto con las cuevas y las formaciones calcáreas, para que este trozo del Paraíso Terrenal mantenga todo su valor estético, histórico y paisajístico.
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